A lo largo del mes de julio hemos podido disfrutar de “Rodrigo vs Ruderico” de Ronco Teatro, un recorrido en clave de humor en que se intenta esclarecer la historia del mejor embajador de Burgos y discernir entre sus facetas legendaria e histórica. Esta actividad divertida y amena forma parte de la programación cultural de Burgos que este año se va a prolongar hasta diciembre con otras visitas y recorridos teatralizados: “Katharsis” de Molécula Escénica en el Teatro Principal, “Camino” de Bambalúa en el Monasterio de San Juan y “El mayordomo y la archivera” de Arawake en el Palacio de Castilfalé, todas fruto del trabajo de compañías del Centro de Creación Escénica “La Parrala”. El propósito es conocer Burgos, su cultura e historia y algunos de los elementos más importantes de la ciudad, pero también aportar entretenimiento a un público que puede ser tanto autóctono, como foráneo, vinculando historia, patrimonio y, por supuesto, teatro.
Esta primera parte de las actividades explora la mezcla algo confusa que existe alrededor de la figura del Cid Campeador: la verdad histórica y las leyendas con que se entrelaza. Partiendo de la oficina de CITUR y acompañados por las guías del Centro de Recepción de Turistas de Burgos nos embarcamos en una aventura teatralizada con el hilo conductor del contexto histórico y socio-cultural de esta figura, visitando algunos monumentos del casco antiguo como la orilla del Arlanzón, el Arco de Santa María, la Catedral de Burgos, la Iglesia de Santa Águeda o el Callejón de Las Brujas.
Este recorrido guionizado se hace periódicamente desde el año 2009 y es solo una parte del interés de la compañía por la figura de Rodrigo Díaz de Vivar, a quien también dedicaron otra ruta hace unos años años: “El Cid Cabalga”, parecida en algunos puntos, como es lógico al contar la historia del mismo personaje, pero a la vez bastante distinta en cuanto a sus aportaciones. El tema del Cid Campeador, aunque se represente a menudo y de maneras muy diversas, siempre resulta de interés y es uno de los lugares comunes que buscan la mayoría de visitantes en la ciudad de Burgos. En el caso de “Rodrigo vs Ruderico” la historia que se cuenta pretende enfrentar los datos tan dispares con los que contamos: los momentos históricos y las lecturas nuevas, al igual que algunos guiños a los intereses en ocasiones políticos y relacionados con épocas concretas que también han tenido sus reflejos en la forma de hablar del Campeador.
El paseo es casi circular y el grupo está acompañado en todo momento por la guía que aporta coherencia al relato y sirve de enlace entre las escenas, a la par que sitúa el grupo dentro del entorno de la ciudad y narra cómo ha ido cambiando todo desde la época del Cid, quedando con la misma apariencia únicamente el río Arlanzón. Gracias a Andrés García, Paco Pinillos, Ana García, Ori Esteban, Fran de Benito, Violeta Ollauri, Noelia Marnez y Raquel Antón conocemos en persona al Cid histórico, el Cid legendario, Doña Jimena, los fantasmas de la conciencia, las hijas del matrimonio y los miembros del grupo de teatro “El Carromato” en lugares emblemáticos de la ciudad. La primera parte consiste en una especie de duelo entre Rodrigo y Ruderico en que se enfrentan para repasar los textos, los ropajes y las espadas y darse cuenta finalmente de que son la misma persona y pese a ello los vemos distintos. Esta discusión entre la faceta histórica y la legendaria también incluye algunas fuentes literarias pulcramente conservadas en un baúl muy pesado junto a otros objetos relacionados con la figura del Campeador, como por ejemplo las películas sobre su vida, algunas de ellas serias (“El Cid” del 1961 con Charlton Heston y una Sophia Loren que nunca envejece) y otras no tanto (“El Cid Cabreador” del 1983 con Ángel Cristo en el papel del protagonista). Este año también hay aportaciones nuevas a esta escena: partes renovadas del vestuario y varios añadidos en el baúl como la serie sobre el Cid de Amazon, además del cómic de Iván Sarnago.
Durante el recorrido también se da protagonismo a las mujeres en la historia, Doña Jimena y las hijas: María y Cristina, cada una de ellas protagonista de un momento concreto a lo largo de la ruta. De este modo Ronco Teatro construye una reivindicación de la importancia de las grandes olvidadas de la Historia, a menudo relegadas al ámbito doméstico y a un espacio casi invisibilizado en las crónicas, en este caso siempre a la sombra del gran Rodrigo Díaz de Vivar. Jimena tiene su propia escena en que se dan datos sobre su vida con su marido, pero también de la ilusión, la leyenda, que la atormentan con las voces fantasmales de su conciencia. Se mezclan las voces reales que cuestionan las fantasías y las ficticias que la intentan convencer de la grandeza de las aportaciones imaginadas y embellecidas. En esta “Soledad de Jimena” somos testigos de las dudas y conflictos de la protagonista, al igual que ocurre en la parte de “Las niñas reales” donde Elvira Sol y María Cristina hablan en clave menos trágica sobre su añoranza de un padre casi desconocido que buscan entre el público.
El ciclo se cierra con la representación del Cantar del Mío Cid en su versión íntegra, presentado por los miembros de la compañía de teatro “El Carromato: Aquí te pillo, aquí te mato”, con mucho humor y la ayuda del público, buscando siempre la complicidad y la participación. Ahí, en la Plaza de Santa María, delante de la Catedral, hemos despedido a Ronco Teatro hasta la próxima vez que podamos disfrutar de esta ruta y aprender algo nuevo sobre nuestro héroe burgalés, aunque no estamos seguros de que lo que nos han contado es cierto o es otro embellecimiento más de la historia. Como ellos mismos dicen:
“Y si quieres más detalles, ve a la biblioteca
que de lo que veas en la calle no te fíes, Anacleta.”